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Entre sangre y vestidos blancos: Los matrimonios de Angelina que hicieron historia

Angelina Jolie y sus matrimonios de película: amores de cine, bodas de escándalo

Si hay alguien que ha sabido vivir sus amores a lo grande, es Angelina Jolie. La actriz no solo ha conquistado Hollywood con su talento, sino también con su intensa vida amorosa, marcada por tres matrimonios que, como buenos capítulos de una película, empezaron frente a las cámaras y terminaron en los titulares. Y como no podía ser de otra manera, cada boda de Angelina fue tan épica como los guiones de las películas que la llevaron a conocer a sus maridos. Vamos a meternos en la historia de esos tres matrimonios que arrancaron entre cámaras y claquetas y terminaron, como dicen los argentinos, “cada uno por su lado”.

Primer acto: Jonny Lee Miller y una boda rebelde

Corre el año 1995, Angelina, joven y explosiva, estaba en pleno rodaje de Hackers, esa peli de culto que a más de uno le voló la cabeza con el tema de los hackers antes de que fuera mainstream. Entre teclados y líneas de código, aparece Jonny Lee Miller, su coprotagonista. ¡Zas! Chispas entre ellos. Y como buen romance de los noventa, en marzo de 1996 ya estaban en el altar. Ahora, si te imaginás a Angelina con un vestido blanco tipo cuento de hadas, estás muy equivocado. En su boda, esta diosa del séptimo arte decidió irse con una remera blanca y pantalones de cuero, porque claro, ella nunca hace las cosas como el resto.

Pero, como suele pasar, el fuego de ese amor rebelde duró lo que un suspiro. Un año después, ya estaban firmando los papeles del divorcio, y en febrero de 1999, la historia con Miller pasó a ser una anécdota de esos tiempos locos de la juventud. Nada dramático, solo “lo nuestro fue hermoso, pero se terminó”. Y chau, nos vimos.

Segundo round: Billy Bob Thornton y el amor excéntrico

En el 2000, Angelina volvió a encontrar el amor en el set, esta vez con Billy Bob Thornton durante el rodaje de Fuera de Control. Billy ya tenía un prontuario amoroso importante (cinco matrimonios previos, tranqui), pero a ella no le importó. Se casaron en Las Vegas, gastaron apenas 200 dólares en una boda flash que dejó a todos con la boca abierta, porque estos dos juntos eran como dinamita: intensos, apasionados y sí, bastante raritos. ¡Ojo! El nivel de excentricidad de esta pareja fue tan alto que en las alfombras rojas se los veía con frasquitos colgando del cuello… ¡con sangre del otro! Sí, leyó bien. Años 2000 en su máxima expresión, ¿no?

Pero bueno, ya sabés lo que dicen: lo que arde rápido, se quema más rápido aún. Y así fue. Para el 2003, cada uno por su lado, después de un matrimonio lleno de rumores de infidelidades, incestos (¡sí, incestos!) y todo tipo de titulares escandalosos. Otra historia de amor que quedó en el pasado, pero bien grabada en la memoria colectiva.

El romance más mediático: Brad Pitt y la boda que casi fue de cuento

Acá llegamos a Brad Pitt, el “romance de todos los romances”, porque la historia entre Brad y Angelina fue digna de una novela de horario central. Todo comenzó en 2004, en el rodaje de Sr. y Sra. Smith, cuando Pitt aún estaba casado con Jennifer Aniston (¡detalle no menor!). Pero como suele pasar en estos casos, el amor entre los protagonistas traspasó la pantalla y en 2005, ya estaban juntos oficialmente. Así nació Brangelina, esa pareja que todos seguían de cerca, y que parecía de película, literalmente.

Pero Angelina, con dos matrimonios previos en el lomo, no quería correr al altar otra vez tan rápido. No, no. Recién en 2014, después de casi diez años juntos y seis hijos (¡sí, seis!), dieron el sí en una ceremonia súper íntima en Francia. La boda se celebró en el idílico Chateau Miraval, en la Provenza, rodeados solo de los más cercanos. Y en un gesto que solo Angelina podría hacer, su vestido estaba decorado con dibujos hechos por sus hijos. Una boda familiar y emocional, como de cuento.

Lamentablemente, no todo lo que brilla es oro, y aunque parecían la pareja perfecta, en 2016 llegó la noticia que sacudió al mundo: Brangelina se acababa. Se separaron en medio de un divorcio tan mediático como su romance, con rumores de peleas, conflictos por la custodia y batallas legales que siguen dando que hablar. El tiempo pasó, pero la polémica continúa, sobre todo ahora que algunos de sus hijos habrían decidido renunciar al apellido Pitt, lo que reaviva las tensiones.

Cada matrimonio de Angelina Jolie dejó su marca no solo en la historia del cine, sino también en el imaginario colectivo. ¿Qué nos queda de todo esto? Que Angelina es una mujer que vive sus amores con intensidad, sin miedo a romper las reglas y con una pizca de locura. Tal vez, como los buenos guiones, sus historias de amor nunca tuvieron un final feliz, pero siempre fueron apasionantes y llenas de momentos memorables.

Y como decimos en Argentina, “quien quiera celeste, que le cueste”, y vaya que a ella le costó encontrar la estabilidad en el amor. Pero eso no le quita el brillo, porque la Jolie, como siempre, sigue siendo una diosa indomable.

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