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“Entre la Realidad y la Ficción: Las Verdades Ocultas de Señorita Maestra”

La historia arranca cuando Abel Santa Cruz se topó con Juvenilia, un libro que nos llenaba la cabeza de recuerdos de la infancia, escrito por Miguel Cane. Este pibe se quedó con esa idea y, con el tiempo, empezó a recopilar anécdotas de su juventud que más tarde se convirtieron en un libro que marcó a varias generaciones. ¡Era un autor a mil! Para que se den una idea, en 1956 escribió ¡ocho o nueve películas! una máquina de crear historias.

En 1966, sale Señorita Maestra, un laburo que lo reflejaba a pleno, ya que se enfoca en ese conflicto eterno entre ricos y pobres, algo así como la pelea de los Montesco y los Capuleto, pero a lo porteño. Ese mismo año, la serie se estrenó con Jacinta Pichimahuida actuada por Evangelina Salazar, que tenía apenas 20 años. La rompieron durante dos años, hasta que en 1968, Evangelina se casa con Palito Ortega y entra al ruedo Silvia Mores, la hija de Mariano Mores, que también era muy jovencita.

En la primera etapa de Jacinta Pichimahuida habia actores como Mariquita Valenzuela, que hacía de Etelvina, y Pablito Codevila en el papel de Jorge Batallán. Pero el juego no se detuvo ahí; en 1969, Abel volvió a meter mano en la idea y escribió el guion de El Profesor Hippie con el queridisimo Luis Sandrini, donde cambiaron un poco la jugada y, en vez de ser una maestra, había un profesor. Las historias iban y venían, un constante revivir de anécdotas.

Luego vino otra película, El Profesor Patagónico, y en 1972, la cosa siguió con El Profesor Tira Bombas. En 1974, regresaron con la serie, esta vez protagonizada por María de los Ángeles Medrano, que también era una piba. El año 1975 trajo Séptimo Grado, que no funcionó tanto. En esta etapa, la parte de la historia se tornó trágica cuando Graciela Simmer, una de las actrices interpretaba a Etelvina, se suicidó, sumando un capítulo oscuro a la serie.

Pasando a otra cosa, en 1977 salió Jacinta Pichimahuida se Enamora, dirigida por Enrique Cahen Salaberry y con guion de Santa Cruz, que en su momento también generó cierta polémica. La película mostraba situaciones que hoy son cuestionables, como la violencia normalizada hacia los chicos.

En 1983, con el regreso de la democracia, se lanzó la versión más exitosa de todas, con Cristina Lemercier al mando, que llegó a tener ¡60 puntos de rating! Una locura. Se dice que hubo un casting masivo: algunos hablan de 2,000, otros de 3,000, pero fueron miles de pibes los que pasaron por ahí. Al final, quedaron unos 20, de los cuales la mitad fueron protagonistas y el resto extras. La dirigía Marta Reguera, que tenía una psicología medio rara, rompiéndoles el libreto si se portaban mal para que los pibes se comportaran y pudieran salir en cámara.

Curiosamente, Cristina Lemercier no era nueva en esto; ya había hecho una aparición en la versión anterior como una maestra suplente. Y, como dato freak, también se casó con un Ortega, ¡Raúl Ortega el hermano de Palito! Todo un culebrón.

Y, lamentablemente, la historia de Señorita Maestra no fue solo risas y diversión. También tuvo su lado oscuro, como esa vez en que Cristina Lemercier, en un episodio trágico, se quitó la vida de un balazo en la cabeza. Todo un golpe para el programa y la gente que lo seguía. En ese momento, la conexión con el menemismo también dejó su huella, mostrando cómo las historias tienden a repetirse en el mundo del espectáculo.

Pero, volviendo a lo bueno, esta fue la versión más exitosa, con ¡199 capítulos! y un rating impresionante de 60 puntos a las 6 de la tarde, que es algo raro, casi como si fuera un programa nocturno. Para que tengan una idea, en ese horario competía con Verano Azul, una serie española que también fue un hit.

Y no solo eso, también sacaron dos discos. Había un tema de una banda infantil llamada Sport Billy, que nació por el Mundial ’82. Esa serie de dibujitos trajo un aire nuevo al país, y en su versión argentina hacían un tributo al famoso grupo español Parchís, con una canción que se llamaba “Querida Maestra”. En el elenco estaba Marcelo Ragone, nada menos que el hermano de Pablo Rago, que formaba parte de Sport Billy.

En cuanto a la dirección, la nueva Etelvina estuvo a cargo de Laura Tuni, que arrancó en Cantaniños y se pasó a cantar de nuevo.

Y así, la historia continuó. Gabriel González se puso en la piel de Canuto Carsio, y después de Señorita Maestra, se lo vio en La Historia Oficial, incluso ganando un Óscar. Gloria Carrá interpreto a Meche que era de las más queridas, pasó de ser la chica de la primaria a meterse en Socorro Quinto Año, que era un programa totalmente diferente, más rebelde. Ahí, el ambiente era un quilombo, lleno de conflictos que se realizó años más tarde con Alejandro Romay embalentonado por el exito de Señorita Maestra.

Romay, que compró los derechos de Señorita Maestra por el tremendo éxito, también quiso experimentar con Séptimo Grado, pero no funcionó y duró apenas tres meses. La gente no se enganchó, pero claro, las repeticiones siempre tiraban un buen rating. Luego, en 1994, Romay volvió a intentarlo con Inconquistable Corazón, que también trajo de vuelta a Pablo Rago y Gloria Carrá.

Un paréntesis interesante: el actor Palmiro Cavallasca se volvió famoso por su personaje, y hoy tiene una cadena de kioscos. ¡Un cambio radical!

A lo largo del tiempo, Cavallasca no se despegó de su personaje, haciendo cameos en series como Todos Contra Juan. Una locura cómo los personajes siguen viviendo en la memoria colectiva. Además, hay un dato curioso que a muchos les sorprende: aunque en la serie…Etelvina y Cirilo eran el agua y el aceite, en la vida real fueron novios durante un tiempo. ¡Quién lo diría!

la historia de Señorita Maestra, que tuvo sus momentos destacados y curiosidades detrás de escena. El personaje de Efraín el portero Gallego del colegio, interpretado por Héctor Fernández Rubio, fue un caso particular. Con 38 años, tuvo quehacer a un hombre de 71, lo que lo llevó a encorvarse y adoptar una actitud de anciano. Se dice que esa exigencia física le trajo problemas en la espalda. Sin embargo, su pasión por la actuación no se apagó; y es uno de los ultimos grandes actores de los años dorados que nos queda, su frase que quedo en la memoria de todos los televidentes fue “Mis Blancas Palomitas”.

En la serie, Siracusa siempre metía a Cirilo en problemas, pero en la vida real, ambos actores forjaron una amistad. Juntos, formaron una banda de cumbia romántica llamada Los Siracusa, y su vida se volvió un caos cuando decidieron asaltar un Kiosco, un hecho que resultó en la muerte de Siracusa y la encarcelación de Cirilo Tamayo por cuatro años. Una historia que parece sacada de una serie de televisión, ¿no?

Por otro lado, la relación entre los personajes de Pedro Anselmi y Bibi también tuvo su reflejo en la realidad, ya que los actores que los interpretaron se casaron y tuvieron dos hijas el es visitador médico. En la escenografía del programa, un cartel de “Las Malvinas son argentinas” aparecía de fondo, recordando el contexto político de la época post-Malvinas.

La serie también tuvo una versión teatral en el Teatro Astros, donde se presentaron tres funciones diarias y lograron atraer a 48,000 personas en tres meses. En 1985, Romay compró los derechos de la serie para Canal 9, y en 1986, se emitió Siempre Amigos, donde Cristina Lemercier repetía un personaje similar al de la maestra. En esta nueva serie trabajaban otros actores destacados como el grupo Menudo en el que estaba nada menos que Ricky Martin y Roby Rosas también Adrián Suar, quien venía de la serie Pelito y Pablo Rago.

La competencia era feroz: en el mismo año, Clave de Sol luchaba por el mismo público. En ese entonces, el formato infantil estaba en auge, y las propuestas se multiplicaban. Cristina intentó seguir captando la atención de los chicos con programas como Dulce de Leche, donde también participaba Hector Fernández Rubio que interpretaba personajes que explicaban temas de historia, geografía etc, Esta serie intentó capturar la esencia de los programas infantiles, pero con un toque diferente.

La influencia de Señorita Maestra se sentía en toda Latinoamérica. En México, el fenómeno continuó con series como Carrusel y sus diversas versiones a lo largo de los años, incluyendo La Pícara Soñadora y Vivan los Niños. Sin embargo, el impacto no siempre fue positivo: el actor que interpretaba a Cirilo, como muchos otros, tuvo dificultades para separar su vida del personaje, sufriendo de bullying y depresión a raíz de la fama.

Y así llegamos al cierre de esta fascinante historia. En un giro interesante, en 2007, Lucía Puenzo, hija del cineasta Luis Puenzo, lanzó el libro La Maldición de Jacinta Pichimahuida, una ficción que se inspira en varios aspectos de la serie.

El personaje principal del libro es la maestra, y uno de los queridos personajes de la serie original “Efraín· (Hector Fernández Rubio) ayudo en la creación del libro contando sus experiencias. Sin embargo, Efraín no se tomó bien esta conexión. Al parecer, Lucía lo contactó para que le contara anécdotas del rodaje, pero su molestia creció al ver que la obra se titulaba “la maldición”. Él se había imaginado que era un homenaje, y al final se sintió decepcionado por el enfoque del proyecto.

El queridisimo actor Hector Fernández Rubio compartió que su experiencia fue una de homenajes y recuerdos, pero cuando el libro salió a la luz, reveló temas de sexo y drogas que parecían distantes del espíritu original de Señorita Maestra. Esta mezcla de realidad y ficción es un recordatorio de cómo las historias pueden transformarse, pero también de las complicaciones que surgen cuando los recuerdos se encuentran con la interpretación artística.

Así, Señorita Maestra sigue siendo un fenómeno que ha dejado huellas en el corazón de muchos, pero también un claro ejemplo de cómo el mundo del espectáculo puede entrelazarse con la vida real, para bien o para mal.

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