Orgullo en las calles: una multitud se planta contra el odio
El gobierno libertario creyó que podía pisotear derechos sin consecuencias. Se equivocó. Este sábado, miles de personas llenaron las calles de Buenos Aires y distintas ciudades del país en la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista, dejando en claro que no piensan retroceder ni un paso frente a los ataques de Javier Milei. El detonante: sus infames declaraciones en Davos, donde vinculó a la comunidad LGBT+ con la pedofilia, en un discurso que generó repudio inmediato en todo el país.
Desde La Realidad, nuestros cronistas de lujo, Picus Hernán y Eli B, cubrieron la movilización en primera persona. “No nos vencieron antes y no nos van a vencer ahora”, decía con bronca un manifestante, mientras alzaba un cartel con la frase: “El amor es resistencia”.
La marcha arrancó en el Congreso y avanzó hasta la Casa Rosada. Con banderas multicolores, carteles con inscripciones como “Make Argentina Gay Again” y cánticos combativos como “Milei, basura, vos sos la dictadura”, la multitud dejó en claro que no se iba a quedar en silencio.
El gobierno, fiel a su estilo, intentó desprestigiar la protesta diciendo que era “política”. Pero en la calle se sentía otra cosa. “Que lo llamen como quieran, nosotros estamos acá para defender lo que es nuestro”, decía una activista con la cara pintada de colores.
La Catedral de Buenos Aires amaneció vallada, una medida que generó malestar incluso dentro de la Iglesia. Desde el Arzobispado porteño se despegaron, asegurando que no autorizaron el cerco. “No es contra la fe, es contra el odio”, repetían los manifestantes.
Políticos y activistas también se hicieron presentes. Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Christian Castillo participaron y denunciaron la discriminación sistemática que impulsa el gobierno. “No vamos a dejar que la violencia se normalice”, sentenció Bregman.
El reclamo trascendió Buenos Aires. Córdoba, Rosario, Bariloche, Salta y Jujuy también marcharon, y el grito llegó hasta ciudades como Ámsterdam, Madrid, Montevideo y Santiago de Chile.
Charly García lo dijo mejor que nadie: “La alegría no es solo brasilera”. Y ayer, la calle gritó que la dignidad tampoco. Que lo entiendan bien: el orgullo es lucha y no se negocia.